miércoles, 3 de marzo de 2010

HISTORIA DEL TEMPLO DE SAN JOSE DE GRACIA

Por el Pb. Julio César Martín Trejo
Registro Indautor: 03-2010-030113325800-01

El Templo de San José de Gracia, en Ciudad de México, es una edificación religiosa del siglo XVII que sirvió como capilla al ya desaparecido convento concepcionista Santa María de Gracia. Declarado monumento nacional en 1932, hoy es sede de la Catedral Nacional de la Iglesia Anglicana de México; aloja a la congregación anglicana más antigua de Latinoamérica. Está ubicado en la calle de Mesones, número 139, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Historia

El Templo de San José de Gracia tiene como antecedente la desaparecida Beatería Santa Mónica, una casa-albergue para mujeres abandonadas y viudas pobres fundada en el siglo XVI, y el convento Santa María de Gracia fundado el 25 de octubre de 1610 en la misma casa a instancias de Fray García Guerra, arzobispo y luego virrey, y bajo patronato de Fernando de Villegas, rector de la Real y Pontificia Universidad, a condición de que su suegra María de Alarcón y dos de sus hijas, Bárbara de Jesús y María de Jesús, fueran designadas fundadoras de este convento de regla concepcionista (hábito azul y manto blanco). Para servir de capilla del convento se construyó el Templo de Santa Mónica de Gracia.

Como a la muerte de Villegas su hijo se negara a continuar la dotación de dos mil pesos anuales, el templo comenzó a deteriorarse al grado que hacia 1658 ya no se pudo utilizar. Otro benefactor, el español Juan Navarro de Pastrana acaudalado mercader de platería (13-03-1664+
[i]), quien había ya patrocinado obras de orfebrería y platería novohispanas para templos en España,[ii] reedificó el convento y un nuevo templo a condición de dedicarlo a San José. [iii]

Primera etapa 1661-1863

Iniciada su construcción en marzo 19 de 1659, el Templo de San José de Gracia fue bendecido en noviembre 27 de 1661 por Mateo de Zaga y Bugueiro, Arzobispo de México, con la presencia del Virrey Juan de Leiva y La Cerda. El día anterior, había salido de la Iglesia Catedral Metropolitana una procesión solemne en la que participaron todas las cofradías, hermandades, sacristías, comunidades y clero diocesano de la capital virreinal, llevando en hombros la imagen del Patriarca San José al nuevo templo; junto a ellos iban los integrantes del cabildo llevando el Santísimo Sacramento; las autoridades civiles de la ciudad incluido el benefactor Juan Navarro Pastrana; los tribunales y la Real Audiencia, la cual presidió el Virrey Juan de Leiva.
[iv]

Las calles por donde pasó aquella procesión solemne fueron adornadas con ricos tapices y en las bocacalles se colocaron monjibelos de fuego junto a cinco altares votivos que fueron emplazados en el recorrido de la procesión. La celebración se extendió ocho días (un octavario) en los que se celebró la Eucaristía y en los que participaron los más ilustres predicadores de las órdenes religiosas más importantes del virreinato en la persona de sus respectivos mejores predicadores: “Dióse principio a la Octava, el dicho día veinte i siete de Noviembre, ocupando el altar el Mui Ilustre Venerable Señor Deán i Cabildo, i el púlpito el Señor Doctor i Maestro don Simón Esteban Beltrán i Alzate, canónigo magistral de esta Santa Iglesia i Catedrático de Sagrada Escriptura en la Real Universidad, autorizándole día los Tribunales, Real Audiencia i Virrei.
El segundo día, con asistencia del Tribunal de la Santa Inquisición, lo solemnizó la Religión del Señor Santo Domingo, siendo el predicador el Mui Reverendo Padre Maestro Frai Agustín Dorantes.
El Tercero día desempeñó su obligación la Seráfica familia, siendo el desempeño, en su oración, el Mui Reverendo Padre Frai Prudencio Bravo.
El cuarto día aplaudió tanta solemnidad la familia agustiniana publicando sus glorias el Mui Reverendo Padre Maestro Frai Miguel de Consuegra.
El quinto día celebró tan solemne octava la religión Carmelitana, desempeñándose en el mismo modo que las demás religiones.
El Sexto día fue su desempeño la Sagrada Comunidad de Nuestra Señora de la Merced.
El Séptimo día como tan Madre, la Sagrada e Ilustre Compañía de Jesús, celebrándolo i aplaudiéndolo con un orador como el Padre Esteban de Aguilar.
I el último día, en que se cerró la Octava, fue el que dio el complemento a las alabanzas, el Mui Reverendo Padre Frai Nicolás de Prado.”
[v]

Desde su dedicación el Templo de San José de Gracia continuó recibiendo apoyo de su acaudalado benefactor quien lo dotara de retablos e implementos litúrgicos principalmente de plata.
[vi] De la riqueza material para el culto testimonia el reporte del arzobispo Fray Payo Enríquez de Rivera del 20 de abril de 1673: 8 lámparas, 16 jarras, 6 pebeteros, 16 blandones grandes; una cruz grande; asetre, isopo, naveta, cuchara e incensario; cuatro platos, siete cálices y patenas, hostiario, y otros objetos litúrgicos adornados de perlas y diamantes, todos de plata.[vii] En 1664 el famoso escultor Antonio Maldonado hizo un retablo y el no menos afamado escultor Diego de Velasco hizo otro en 1668; ambos retablos reflejo del arte andaluz trasladado a la Nueva España, fueron destruidos por fuerzas anticlericales en 1863.[viii]

Leyendas relacionadas
Se dice que la iglesia no tenía imagen, pero un buen día llegó a sus puertas un burro que cargaba un cajón de tamaño considerable; el animal se detuvo junto al templo y no hubo poder humano que lo moviera de ahí y nadie lo reclamaba. Al abrir el cajón que traía el burro a sus espaldas encontraron una imagen preciosa de la Virgen María estofada y policromada. La imagen fue colocada en el altar principal y venerada como Santa María de Gracia.
[ix]
Otra historia cuenta que el día de los Santos Reyes del año 1840 la monja Sor Magdalena del Señor San José, estando en oración ante el pesebre del Niño Jesús, soñó que la Virgen María le explayaba su deseo de también ser venerada en su nacimiento como su hijo Jesús. La joven consiguió que se hiciera la imagen de lo que había soñado; ésta fue expuesta a la veneración pública bajo el nombre de la Divina Infantita. Como el arzobispo de México prohibió el culto a la imagen hasta no corroborar su autenticidad, Sor Magdalena fue a Roma a entrevistarse con el Papa Gregorio XVI. En la audiencia expuso todo lo acontecido sobre la aparición y lo que la Virgen le había dicho.El papa aprobó la nueva devoción y la enriqueció con multitud de indulgencias, y de ahí se propagó por todo el territorio mexicano, hasta llegar a España. Después de la aprobación papal se comenzaron a imprimir triduos, novenas, y oraciones en honor de la Divina Niña. Comenzaron a festejar todos los días 8 de cada mes, como recuerdo especial a la Virgen Niña, y sobre todo la fiesta principal, la de la Natividad, el 8 de septiembre cuando se celebraba Eucaristía Pontifical. En diciembre 9 de 1848 fue bendecido un altar para la imagen de la Infantita seguido de un tridium solemne.
[x]

Segunda etapa 1869- al presente.

Debido al abandono del convento por la Ley de Exclaustración de febrero de 1863, gran parte del monasterio se destinó para cuartel, el resto se fraccionó en lotes para casas habitación, y el templo fue destinado a ser caballeriza por el Ministerio de Guerra.
[xi]

Años más tarde, en 1869, el movimiento católico-reformista de la Sociedad Católica Apostólica Mexicana fundado en 1857, más tarde Iglesia de Jesús (iglesia mexicana católica-reformada con sucesión apostólica, hoy Iglesia Anglicana de México), compró el templo por cuatro mil pesos en 1869, rescatándolo de la ruina y dedicándolo nuevamente a la celebración de la Santa Eucaristía (empleándose la liturgia mozárabe, primeramente, y ya en el siglo XX la liturgia anglicana) cultivándose la tradición coral anglicana. Desde esa fecha aloja a su congregación secular que hasta entonces se había reunido en la cercana calle de San Juan de Letrán desde por lo menos el año 1854.
[xii]

En sus instalaciones existió una de las primeras librerías de la capital mexicana en donde se podían adquirir biblias en castellano sin comentarios doctrinales ni censura eclesiástica como, escandalizado, señalaba el embajador español en sus informes diplomáticos. Desde entonces en el Templo de San José de Gracia han tenido lugar acontecimientos de importancia para el anglicanismo mexicano.
[xiii]

El 2 de julio de 1871 habría tenido lugar un debate teológico entre el Presbítero Manuel Aguas como representante de la Iglesia de Jesús y el Presbítero Aguilar y Bustamante teólogo representante de la Iglesia Católica Romana. La expectativa por dicho debate, aunque suspendido por ausencia del polemista católico romano, tuvo gran difusión entre los periódicos de la época (en su edición del 7 de julio del mismo año El Monitor Republicano le dedicó amplísimo reportaje), lo que propició que varias congregaciones católicas reformistas (alrededor de setenta) se organizaran en todo el país.
[xiv] El Templo de San José de Gracia continuó siendo punto de referencia y centro para la difusión del anglicanismo mexicano hacia diversas partes de México, definiéndose como “Católico, no romano; Evangélico, no protestante”.

San José de Gracia no fue excepción entre las congregaciones que fueron escenario de intolerancia religiosa. En 1913 en plena revolución mexicana, el vicario Rev. William Watson y su asistente en pastoral social la diaconisa Frances B. Affleck fueron víctimas de un atentado contra sus vidas a las puertas del templo saliendo de la Eucaristía, logrando salir ilesos y viéndose obligados a refugiarse en el templo por unas horas y salir huyendo a refugiarse algunos días en casa de amistades.
[xv]

Desde 1933 San José de Gracia ha sido la Catedral de la Iglesia Anglicana de México. La primera consagración –en México— de un obispo anglicano mexicano tuvo lugar en ella en 1958, y en 1995 se efectuó ahí mismo la entronización del Primer Obispo Primado para la Iglesia Anglicana de México el Ilmo. José Guadalupe Saucedo Mendoza, quinto obispo de México, primer obispo de Cuernavaca y primer obispo primado. En dicha ceremonia estuvieron presentes otros obispos mexicanos y extranjeros.
[xvi] [xvii]


Acervo bibliográfico
[xviii]

Hacia finales del siglo XVIII o principios del XIX, el convento vendió parte de su acervo bibliográfico al Colegio San Ignacio de Loyola, en la Calle de las Vizcaínas. Actualmente en el Archivo Histórico del mismo colegio se encuentran de la colección bibliográfica del Convento asociado al Templo de San José de Gracia: 193 libros de los siglos XVII al XIX en español y latín, provenientes en su mayoría de talleres españoles
.
Los autores más leídos son Teresa de Jesús, Antonio Arbiol y Alonso Rodríguez, aunque hay que resaltar que el noventa por ciento de los libros fueron redactados por jesuitas del siglo XVIII. El tema preferido es la Ascética (94), seguido de la Hagiografía (26), Mariología (23), Pastoral (18), Biografía (14), Teología (6), Catequética (4), Religiosos (4), Biblia, Cartas pastorales, Homilética y Moral (1).

Vida Litúrgica

El arte coral no se interrumpió en 1863, pues a partir del rescato anglicano ya en 1878 el coro de niños del orfanato San Antonio Abad (antiguo monasterio al sur de la ciudad),
[xix] contribuía al enriquecimiento litúrgico en San José de Gracia. La tradición musical e himnodia anglicanas se han cultivado en el Templo de San José desde su reapertura. La oración del Padre Nuestro, el Sanctus, el Sursum Corda, el Trisagio, el Gloria, la doxología y la antífona en la confractoria son cantadas. En los primeros años se empleó una liturgia basada en el rito mozárabe español, para más tarde en 1904 emplearse el rito en uso en la Iglesia de los EEUU.

A diferencia de otros templos de la época colonial que han sido destruidos o secularizados y utilizados como bibliotecas, teatros o museos, el Templo de San José de Gracia, gracias a los esfuerzos de la Iglesia Anglicana de México, continúa sirviendo como lugar de celebración del culto eucarístico católico en su vertiente anglicana. A lo largo del año litúrgico se observan las estaciones y celebran las fiestas principales con su correspondiente liturgia: Adviento, Natividad, Navidad, Epifanía, Miércoles de Ceniza, Cuaresma, Semana Santa, Tridium pascual, Pascua, Ascensión, Pentecostés. Muchos clérigos han sido ordenados en este lugar y también han contraído nupcias. Otros han tenido sus funerales en este templo. Aunque desde 1869 las celebraciones litúrgicas se hacen en castellano, no han faltado ocasiones en que debido a la globalización se han hecho en inglés y francés.
[xx]

Aunque litúrgicamente conservadora, la congregación de San José de Gracia se autodefine como de mentalidad abierta en otros aspectos continuando así la tradición de sus antepasados liberales del siglo XIX. En los años sesentas se realizaron diversos eventos litúrgicos juveniles con música e instrumentos de la época; y desde el año 1994 han predicado y ministrado la Santa Comunión también mujeres sacerdotes y ministras laicas.
[xxi] En diciembre del año 2008 acogió a un grupo cristiano de teatro coral que representó temas religiosos. Previamente en 2003 y 2004 el grupo de cristianos gays “Génesis” (compuesto en su mayoría por católico-romanos expulsados de sus parroquias) realizó en su coro bajo una pastorela y una ceremonia ecuménica en ocasión de la Natividad. Este grupo, con la aprobación exclusiva de la Junta Parroquial,[xxii] se sigue reuniendo para estudios bíblicos, canto y oración, en las instalaciones contiguas que sirven de salón de usos múltiples a la congregación del Templo de San José de Gracia.


Clérigos (rectores, vicarios, deanes y capellanes) al frente del Templo de San José de Gracia desde su reapertura en 1869
[xxiii]

I. Vicario Agustín Palacios 1869-1873
II. Vicario Juan Ignacio Ramírez Arellano 1874-1878 (organizó el primer seminario)
III. Vicario N. Rodríguez 1879-1882
IV. Vicario Prudencio G. Hernández 1883-1886 (Primer obispo electo de Cuernavaca)
V. Vicario Jacinto V. Hernández 1887-1890 (conservó el archivo del templo)
VI. Vicario Jesús Leonardo Pérez 1891-1895 (estableció una escuela parroquial)
VII. Vicario José Antonio Carrión 1896-1897
VIII. Vicario Fausto Orihuela 1898-1899
IX. Vicario Samuel Salinas 1900-1904 (director del seminario)
X. Vicario Fausto Orihuela 1905-1908 (director del seminario)
XI. Vicario José Antonio Carrión 1909-1911 (obispo electo)
XII. Vicario William Watson 1911-1914 (Dir. Seminario y capellán de Guantánamo 1915
[xxiv])
XIII. 1er. Rector Fausto Orihuela 1915-1933 (primer rector)
XIV. Vicario Interino J. A. Miranda 1933-1934 (S.J. de G. es designada catedral)
XV. 1er. Deán Francisco Aragón 1934-1937 (primer deán)
XVI. 2do. Deán Lorenzo Justiniano Saucedo 1938-1943 (historiógrafo del templo y Dir. seminario)
XVII. 3er. Deán José Filogonio Gómez 1944-1963
XVIII. 4to. Deán José Raúl Flores 1964-1974 (Dir. Seminario)
XIX. 2do. Rector Roberto Martínez-Reséndiz 1975-1979 (en este tiempo fue parroquia)
XX. 5to. Deán Alfonso Gómez-Osnaya 1979-1989 (Dir.. Seminario)
XXI. Capellán Jaime Yong-Patiño 1990-1994 (inicia pastoral con trabajadores sexuales)
XXII. Capellán Héctor Roberto Limatú-Pinto 1995-1996 (Guatemalteco)
XXIII. 3er. Rector Eugenio Ayala-Porfil 1998-2001 (vuelve a erigirse en parroquia)
XXIV. 4to. Rector Julio César Martín-Trejo 2001- 2010 (Prof. Teología en el Seminario) (continúa pastoral con trabajadoras sexuales)

Los oficios litúrgicos en el Templo San José de Gracia de 1661 a 1863 estuvieron a cargo de capellanes designados por la autoridad eclesiástica ordinaria. A partir de su rescate y reapertura en 1869 por la Iglesia Anglicana, ha alojado una congregación seglar (i.e. laica) anglicana la cual ha estado al cuidado pastoral de clérigos diocesanos quienes han tenido diferentes títulos según las circunstancias: a) designados por el obispo como vicarios cuando el Templo no era sede catedralicia; b) designados como deanes o capellanes cuando ya era sede catedralicia y no era autosuficiente económicamente; electos como rectores por la Junta Parroquial, siendo parroquia (i.e., autosuficiente económicamente).

Así de 1869 a 1998 los clérigos al frente de la congregación y el templo fueron nombrados por el obispo y removidos a su libre voluntad (excepto por los períodos de 1915 a 1933 y 1975 a 1979 en que fue parroquia y tuvo su primer y segundo rector respectivamente). En este período de 1869 a 1933 llevaron el título de vicarios; y, ya sede catedralicia, desde 1933 a 1997 llevaron el título de deanes o capellanes, período en el que no fue autónoma económicamente con excepción del periodo ya mencionado de 1975 a 1979). A partir de 1998 en que se vuelve a constituir parroquia autónoma económicamente eligió a su tercer y cuarto rectores.

Los clérigos al frente del Templo San José de Gracia han tenido diversos orígenes: los primeros fueron destacados miembros reformistas católico romanos como el Rev. Agustín Palacios; la segunda generación de clérigos fueron ya forjados en la Iglesia de Jesús, como el Rev. Prudencio G Hernández (ex ­-coronel del ejército de la República y masón) y su hijo, el Rev. Jacinto V. Hernández (también masón); la masonería ha seguido presente en seis de los restantes dieciséis clérigos al frente. Varios de los clérigos han hablado el inglés (y otras lenguas) y estudiado en el extranjero. Un estadounidense (Watson, 11-14), un centroamericano (Limatú, 95-96) y un puertorriqueño (Ayala, 98-01) se cuentan entre ellos. La mayoría se prepararon en el seminario anglicano de San Andrés, aunque no pocos estudiaron en otros países como EEUU, Canadá e Inglaterra. Al principio la mayoría fueron de tendencias evangélicas pero a partir de los años ochentas del siglo XX hubo un carismático, un anglocatólico, y un racionalista. Muchos han sido maestros del seminario local impartiendo clases de teología, homilética y liturgia; y han desempañado papeles importantes en el trabajo de la Iglesia. Así en 1924 y 1925 (a falta de obispo diocesano) el Rev. William Watson fungió como administrador con prerrogativas episcopales sobre la Iglesia mexicana. El Rev. Watson había llegado al país en 1907, había sido misionero en Puebla y Oaxaca, y deán del seminario local antes de ser vicario en San José de Gracia; más tarde fue capellán de la base naval de Guantánamo. En 1921 a su regreso a México había sido nombrado misionero general.
[xxv]

Aparte de las actividades litúrgicas y pastorales, también se realizaron labores de asistencia social alrededor del Templo de San José de Gracia y en estrecha relación con él. En 1913 la diaconisa (en aquel tiempo las diaconisas eran laicas que conformaban una especie de hermandad laica, a la manera de tercera orden femenina) Frances B. Affleck estableció una cooperativa entre los marginados del barrio donde se localiza San José de Gracia. Este trabajo, La Casa del Sagrado Nombre, jugó un papel preponderante entre 1915 y 1916 cuando el hambre amenazó a muchos habitantes de la capital; la Cruz Roja lo reconoció como uno de los principales centros de distribución de alimentos de la ciudad.
[xxvi] En las décadas posteriores este trabajo fue continuado bajo la dirección de la diaconisa Claudine Whittaker y de la Srita. Josefa Romero. En la ùltima década del siglo XX y primera del siglo XXI algunos clérigos de San José de Gracia se han involucrado en ministerios hacia personas con VIH (Yong) y hacia trabajadoras sexuales del rumbo (Martín).


Arquitectura

El Templo de San José de Gracia (atribuido al arquitecto Diego de los Santos y Ávila, el viejo, "Maestro Mayor" del Santo Oficio a mediados del XVII - autor de la fachada del palacio inquisitorial),
[xxvii] [xxviii] orientado de oriente a poniente mide 60 metros de largo por 15 metros de ancho y más de 25 metros de alto. Tiene planta de una sola nave, al lado norte dos portadas gemelas de cantera con columnas parcadas y almohadillas en su primer cuerpo; en su segundo cuerpo se halla un frontón roto enmarcando una gran ventana, también en cantera. En el vano de ingreso de estas portadas se halla un arco de medio punto, mientras que las jambas, las pilas­tras y los paramentos presentan sillares recortados dispuestos horizontalmente en una sección y en la otra sección se presentan dobles y verticales. La clave del arco presenta elaborado diseño que remata en una hoja; el friso presenta una cartela rodeada de lazos entrecruzados y roleos. Como ya se mencionó, el cuerpo superior de las portadas está rematado por un frontón roto que da paso a una ventana la que a su vez se encuentra coronada por una cruz.[xxix]

Cuenta con coro alto, un coro bajo (adaptado actualmente para uso como baptisterio), una torre-campanario, y una cúpula de forma octagonal con ocho ventanales de más de dos metros de altura cada uno.
Después de su abandono en 1863 por las Leyes de Exclaustración, perdió el retablo central y demás sillería y amueblado litúrgico. Actualmente cuenta con varias pinturas al óleo representando a San José, la Bendita Virgen María, y a N.S. Jesucristo. En la parte central donde estaba el retablo mayor se encuentra hoy una enorme pintura al óleo de la Natividad.
En los años sesentas del siglo XX la Iglesia Anglicana de México remodeló el templo siguiendo las reformas litúrgicas de aquellos años. El presbiterio fue trasladado en los años sesentas a la parte central debajo de la cúpula. Tiene un altar de piedra y dos ambones de piedra. En el coro bajo, actualmente empleado como bautisterio, hay una fuente bautismal de piedra en el centro y un altar de madera del siglo XIX frente a un vitral de Cristo Resucitado.
[xxx]
El Templo de San José de Gracia fue declarado monumento nacional el 21 de Septiembre de1932.
[xxxi]
En 1930, 1956, 1966, 1986 y 2009 se realizaron trabajos de reparación, restauración y consolidación.[xxxii] Huesos de adultos y menores fueron hallados en el coro alto (era costumbre que niñas y niños en edad escolar vivieran con algunas monjas para ser educados); también cántaros en el sobresuelo del mismo coro que ayudaban a incrementar la resonancia. En uno de los contrafuertes (particularmente ancho y sobresaliendo de la estructura mucho más que el resto) fue encontrada una escalera de caracol que baja desde lo alto hasta el nivel del suelo.[xxxiii]

Fuentes de información:
[i] Rubial García, Antonio. Historia de la vida cotidiana en México: La Ciudad barroca. FCE 2006[ii] Sabau García, María Luisa. México en el mundo de las colecciones de arte, Volumen 4. [iii] Legajo mecanografiado, Archivo del Moderno Convento de San José de Gracia[iv] Legajo mecanografiado, Archivo del Moderno Convento de San José de Gracia[v] Legajo mecanografiado, Archivo del Moderno Convento de San José de Gracia[vi] Colección Digital de la Universidad Autónoma de Nuevo Leónhttp://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080010868_C/1080010869_T2/1080010869_047.pdf[vii] 12. Autos de las visitas del arzobispo fray Payo Enríquez a los conventos de monjas de la ciudad de México (1672-1675) Fuentes para la historia Volumen 15 de Cuadernos del Archivo Histórico de la UNAM Fuentes para la historia de la educación en México Leticia Pérez Puente, Gabriela Oropeza Tena, UNAM, 2005 Marcela Saldaña Solís (pág 194)[viii] Arquitectura Religiosa de la Ciudad de México. Siglos XVI al XX. Una Guía. Asociación del Patrimonio Artístico Mexicano, A. C. México. 2004[ix] Alejandra McCartney http://leyendascoloniales.blogspot.com/2009/08/san-jose-de-gracia.html
[x] Colección Digital de la Universidad Autónoma de Nuevo León http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080010924_C/1080010926_T3/1080010926_13.pdf
[xi] Colección Digital de la Universidad Autónoma de Nuevo León http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1020133929/1020133929_033.pdf
[xii] Archivo diocesano, Diócesis de México (Iglesia Anglicana de México).[xiii] Enciclopedia México a través de los Siglos.[xiv] “La Buena Lid” enero, febrero, abril y mayo 1921. Òrgano de la Comisión de Publicidad de la Iglesia Episcopal Mexicana. Archivo diocesano, Diócesis de México (Iglesia Anglicana de México).[xv] http://anglicanhistory.org/mx/creighton1936/ Project Canterbury, Creighton, F. W., Mexico: A Handbook on the Missions of the Episcopal Church. N Y: The National Council of the Protestant Episcopal Church, 1936.[xvi] Archivo diocesano, Diócesis de México (Iglesia Anglicana de México).[xvii] Archivos parroquiales, Catedral Anglicana San José de Gracia.[xviii] Adabi de México, A. C. Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México http://www.adabi-ac.org/investigacion_libro_ant/memorias/paginas/articulo_id_691.htm
[xix] http://anglicanhistory.org/mx/sister_church1878.html Project Canterbury, LETTER FROM OUR SISTER EPISCOPAL CHURCH IN MEXICO TO THE CHURCH PEOPLE OF AMERICA. NEW YORK: PUBLISHED BY THE "LEAGUE IN AID OF THE MEXICAN BRANCH OF THE CHURCH." Transcribed by Wayne KemptonArchivist and Historiographer of the Episcopal Diocese of New York, 2009 [xx] Archivos parroquiales, Catedral Anglicana San José de Gracia.[xxi] Archivos parroquiales, Catedral Anglicana San José de Gracia.[xxii] Idem.[xxiii] Fuente: Registros de oficios y cultos. Archivos parroquiales, Catedral Anglicana San José de Gracia.[xxiv] http://anglicanhistory.org/mx/creighton1936/ Project Canterbury, Creighton, F. W., Mexico: A Handbook on the Missions of the Episcopal Church. N Y: The National Council of the Protestant Episcopal Church, 1936.[xxv] idem[xxvi] idem[xxvii] Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. ANALESIIE63 http://www.analesiie.unam.mx/pdf/63_57-69.pdf
[xxviii] Martha Fernández, Arquitectura y gobierno virreinal. Los maestros mayores de la ciudad de México. Siglo XVII, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Estéticas. 1958 (Estudios y Fuentes del Arte en México, XLV).[xxix] Arquitectura Religiosa de la Ciudad de México. Siglos XVI al XX. Una Guía. Asociación del Patrimonio Artístico Mexicano, A. C. México. 2004.[xxx] Archivos parroquiales, Catedral Anglicana San José de Gracia.[xxxi] Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles de Propiedad Federal. Conaculta-INAH. México.2002.[xxxii] Archivos parroquiales, Catedral Anglicana San José de Gracia.[xxxiii] Bitácora Trabajos de Restauración y consolidación en el templo de San José de Gracia 1985-1987 Dirección General de Monumentos Coloniales, INAH.

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