lunes, 28 de julio de 2008

¿Cómo es el anglicano?


Comprehensivo. Busca la vía media, aceptando polos opuestos de pensamiento, acción y sentir, integrándolos en diálogo permanente, en los problemas y dilemas de la vida diaria.

Abierto. Acepta y valora el conflicto, la crisis y el cuestionamiento. La mentalidad anglicana es más inductiva y pragmática. Mente de búsqueda permanente, de cuestionamiento contínuo, de tolerancia y promoción de las diferencias.

Intuitivo. Se inclina preferente al arte, al símbolo, al mito y al rito más que al pensamiento sistemático. La vida práctica de esta comunidad y las producciones de la misma así lo atestiguan.

Estético. En la tríada Belleza-Verdad-Bondad, la Comunidad Cristiana Anglicana se ha inclinado siempre por promover más la belleza, lo estético, de la experiencia vital y de sus expresiones. Los tres valores se intersectan necesariamente; algo realmente bello debe ser al mismo tiempo bueno y verdadero.

Moderado. Evita las extravagancias. Es sobrio, sin extremismos; está en búsqueda permanente del equilibrio y el balance.

Naturalista. Es ecológico por definición. El énfasis creacionista-encarnacional de la Teología Anglicana da un punto de apoyo muy importante para la valoración positiva de la naturaleza en general y del cuerpo humano en particular.

Histórico. Para la vida práctica y reflexión teórica no descuida la perspectiva histórica. La formación de la conciencia histórica en términos de comprensión de la propia existencia, como Iglesia, es fundamental.

Político. Es cuestión central para el existir anglicano la búsqueda del bien común en términos de libertad, paz y justicia. Arraigado en la tradición profética de la Biblia, se proyecta al presente en el trabajo por la construcción de una sociedad justa.

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